*Dulce María Loynaz Muñoz (La Habana, 1902-1997) publicó Versos, Juegos de aguas, Carta de amor al rey Tut-Ank-Amen, Poemas sin nombre, Últimos días de una casa, Poemas escogidos, Poemas náufragos, La novia de Lázaro y otros poemas y crónicas en diarios y revistas de Cuba y España, además de la novela Jardín (escrita entre 1928 y 1935 y editada en 1951), precursora del realismo mágico; el libro de viajes Un verano en Tenerife y la autobiografía Fe de vida. En 1992 recibió el Premio Cervantes.
Se
habla mucho de los Derechos Humanos, de las violaciones de estos en China,
Norcorea, Cuba, Venezuela y otros países de Asia, África y América Latina, por
no hablar de los estados islámicos, regidos por las leyes del Corán. Existen,
por supuesto, Comisiones y Observatorios de Derechos Humanos y hasta el Consejo
de Derechos Humanos de la ONU, cada vez más desacreditada, y de la Unión
Europea donde promueven la Ideología de Géneros, el multiculturalismo y otros
programas neomarxistas instrumentados por la Socialdemocracia y los
globalistas.
La
Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada por la ONU tras la Segunda
Guerra Mundial, es una especie de Catálogo que regula las condiciones instrumentales
para la realización personal a través de libertades, facultades, instrumentos y
recomendaciones relativas a la vida, los bienes, la salud, la enseñanza, etc.
Ni
la URSS ni los países del Bloque Socialista de Europa y Asia (China, Norcorea o
Vietnam) aprobaron la Resolución sobre Derechos Humanos, promovida por los Estados
Unidos y diversos gobiernos de América. No la inventaron los comunistas, aunque
estos se autoproclamen defensores de los derechos sociales.
De
hecho, existen tres tipos de libertades: la libertad de no interferencia,
libertad de participación y libertad promocional. Derivada de estas hallamos
tres generaciones clásicas de derechos: los individuales, civiles y políticos y
los económicos, sociales y culturales. En 1966 se redactaron dos pactos
diferentes de DH, el de Derechos civiles y políticos y el de Derechos
económicos sociales y culturales. Dos pactos por la llamada Guerra Fría entre
Occidente y la URSS y sus satélites, y porque los países comunistas reconocen y
pretenden abanderar los derechos sociales (que también violan), mientras desprecian los derechos civiles y políticos.
Cierto es que sea cual sea la ideología política, los sistemas priorizan unos
derechos en perjuicio de otros.
El derecho a la educación (violados en China, Cuba y Venezuela por el adoctrinamiento, la falta de libertad de cátedra y la imposibilidad de los padres de elegir el tipo de enseñanza para sus hijos) es un derecho fundamental y no un bien económico, aunque puede serlo. Este derecho requiere de la intervención del Estado y de recursos para sustentarlo, en muchísimos países se pone en práctica, en los Estados Unidos de América, por ejemplo, hay educación pública, becas, subsidios, etc.
Los otros derechos también necesitan recursos para ser efectivos lo cual implica la intervención de los poderes públicos. Ejemplo: el derecho al voto y a ocupar cargos públicos (¿cuánto cuestan las elecciones y la infraestructura, tribunales electorales, edificios? El derecho a la vida y la integridad física exige actos positivos del Estado para su garantía (policía, cárceles, tribunales, hospitales, etc.).
Muy
diferente es el incremento desmedido del gasto público (mediante impuestos
visibles o invisibles), el empleo de falsos conceptos de gratuidad como
chantaje emocional a fin de crear dependencias y la centralización del poder
político para secuestrar las libertades
individuales.
Todos los estados democráticos tienen un programa destinado a la educación, los valores, actitudes, capacidades… como la herramienta supuestamente efectiva para que los seres humanos escojan y desarrollen sus propios planes de vida y alcancen el valor y la dignidad que constituye la base de los derechos humanos.
Se habla de Derechos Humanos pero basta echarles un vistazo a los Miembros del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para acreditar que hay lobos que pastorean el rebaño: Cuba, China, la Federación Rusa, Mauritania, Namibia, Somalia, Sudán, Venezuela y otras satrapías donde son frecuentes las violaciones de los Derechos pregonados. Entre los países miembros hay también naciones democráticas como Alemania, Italia, Japón o Reino Unido. Y algunos que son irrelevantes por su tamaño y población.
La respuesta al dilema de esos lobos que pastorean a sus víctimas es compleja pues la ONU y sus instituciones están muy desacreditadas por la diversidad y los propósitos de su vasta membresía, el pareo de representantes por regiones, el predominio de estados sin tradición democrática, la influencia geopolítica de bloques y grupos de poder y la necesidad de teocracias y dictaduras de estar representadas para evitar votaciones y denuncias en el Consejo de los DH.
Leo
el número 245 de la revista Discovery Salud y recuerdo una frase
del Diario
de Paul Léautaud (París, 1872-1956) sobre la estupidez humana:
“A la edad que tenemos… ¿para qué
vamos a apasionarnos o indignarnos? Dejemos a este pueblo imbécil creerse todo
lo que le cuentan, olvidarlo todo, no acordarse de nada, tener sólo instintos,
emborracharse con su estupidez y su ignominia. Sólo sirve para ser conducido a
la horca, explotado y engañado en toda la extensión de la palabra”.
Asocio lo dicho por el escritor francés, contemporáneo de Sartre y
Camus, con Discovery Salud porque esta revista lleva un año exponiendo datos que desmontan la
distopía social orquestada en torno al #VirusChino y la crisis sanitaria, pero
decenas de gobiernos y cientos de diarios y telediarios repiten el mantra de la
pandemia.
Cito datos y titulares de Discovery Salud. Tal vez sean de interés para algunos lectores. Quizás crean en todo lo
que le cuentan.
“En 2020
murieron en España 17.197 personas menos que en el 2019 y 26.608 menos que en
2018.”
“Según la OMS,
de los 7.800 millones de habitantes del planeta hubo 56.464.316 “casos Covid” y
1.353.786 “muertos Covid”, menos del 1% de la población; luego, el 99,2% de la
población mundial no estaba contagiada y el 99,98% sobrevivía a tan terrible
virus. Pues bien, a 21 de enero de 2021 los “casos” eran 96.625.755 (1,238%) y
los “muertos” 2.065.698 (el 0.0264)…”
La Covid-19 y El
Gran Receteo.
El lenguaje como
arma de guerra durante la Covid-19.
La vacunación
masiva será inútil y puede colapsar el sistema.
¿Se quiere
silenciar a quienes no aceptan la verdad oficial sobre la Covid-19?
Dr. Arturo
Vinuesa: “Hay que recuperar el sentido común”.
Natalia Prego: “Lo
que se dice y propone sobre la Covid-19 carece de lógica”.
Dra. Chinda
Brandolino: “La Covid-19 es una creación política”
Sé que a muchas personas no les gusta ejercer o escuchar el pensamiento
libre y la libertad de expresión. Es más fácil repetir lo expresado por políticos,
periodistas, médicos y tertulianos de la radio y la televisión. Pero los invito
a leer y pensar.
En
su artículo “En defensa del Zanjón”, Orlando Luis Pardo expresó: “la patria se define como aquello que
siempre está a punto de ser traicionado…”, pues “…de la patria al patíbulo no
hay más que un patriótico paso”. Comparto la tesis del irreverente escritor
porque en la historiografía de cualquier país abundan mitos y leyendas que
encajan hechos y personajes con épocas, doctrinas e intereses políticos. Casi
siempre el relato mítico predomina sobre el relato histórico.
El autor de Ipatrias (2005) y Boring Home evocó el fin de la Primera Guerra de Cuba (1868-1878) mediante el Pacto del Zanjón entre los agobiados jefes independentistas y los representantes del Gobierno español en la isla. Sobre ese documento se ha escrito mucho por la absurda adicción épica y el caudillismo insular, quizás porque “En el Zanjón ganó el verbo y perdió ominosamente la violencia”, además, los indepes dejaron de fusilar al que hablara de paz y no quemaron más ingenios azucareros, cafetales ni comercios, mientras el Gobierno hispano le concedió la libertad a los 16,000 esclavos enrolados en la guerra, otorgó el derecho a la libertad de prensa, de reunión y asociación y una amnistía política que favoreció la reconciliación.
Hubo, por supuesto, hombres de mente oscura y pasión patriótica que quisieron seguir la lucha y protestaron ante el Gobernador, aunque meses después, sin recursos ni seguidores, aceptaron la paz. La barbarie volvió en 1895 promovida por un poeta y por los veteranos de 1878. Relato épico por medio, un partido para mandar y guerrilleros con machetes y teas incendiarias para conquistar el poder.
El poeta solo vivió 16 años en la isla, era hijo y nieto de españoles y estudió en dos universidades de España. Era un liberal civilista y culto que fabricó una Cuba idílica, distante del discurso militar de los generales que destrozaron las riquezas del país. El poeta murió en la primera escaramuza militar pero fue mitificado y su leyenda devino base del metarrelato histórico, mientras los caudillos sobrevivientes gobernaron al país como un Campamento militar cuya máxima expresión es la dilatada dictadura de Castro.
Por suerte, los independentistas, aquella minoría con relato romántico y guerrillas incendiarias, recibieron la intervención de tropas de los Estados Unidos y en 112 días se acabó la guerra; España se fue y el gobierno americano ocupó la isla entre 1899 y mayo de 1902, cuando proclaman la República y siguió la historia, hecha, deshecha y rehecha desde la perspectiva nacionalista, próceres por medio, elecciones y revueltas, tiranías, estudiantes eufóricos, revolucionarios con bombas y fusiles, generales y comandantes, pueblo enardecido, corrupción, discursos, etc.
Sí, “de la patria al patíbulo no hay más que un
patriótico paso”, además de libros de historia, mitos y leyendas, héroes y mártires,
influencias geopolíticas, partidos y panfletos políticos, discursos, promesas,
líderes, caudillos, dictadores mesiánicos, traiciones, proyectos y anhelos
libertarios.
Cada país tiene una teleología del destino nacional. La tradición de la guerra y el mito de la paz se venden bien el mercado historiográfico. El poeta Virgilio escribió por encargo del Emperador Augusto la Eneida, sobre Eneas, uno de los héroes de la Guerra de Troya que tras larga travesía -recuerden La Ilíada y La Odisea, de Homero- llegó, venció y fue aclamado como Rey de Roma y belicoso antecesor de los romanos.
Al igual que Grecia y Roma, cada país de América ha tejido su propia saga histórica, sus héroes y próceres, sus mitos y leyendas fundacionales. Patria y patíbulo, altares y discursos. Sacralizar a los héroes es una tradición que cargan millones de ciudadanos.
Y aporta nuevos ramos de nieve, más
blanca a cada instante,
Para hacer los brazos del ente, las
orejas, la frente
De ese muñeco que acaba por erguirse
en la vastedad de la nieve,
Igual que un hombre sale de las manos de Dios.
Cuando los niños hacen un muñeco de
nieve,
Una vez satisfechos y plenos como el
mismo Padre de todas las criaturas,
Lo abandonan gentiles a su nuevo
destino,
Y queda sorprendido de ser para
siempre una sombra arrojada a la nieve,
Aquel a quien los niños dejan como un centinela perdido en el desierto.
Gastón Baquero (La Habana, 1914-Madrid, 1997) es autor de Poemas (1942), Saúl sobre su espada (1942), Poemas escritos en España (1960), Memorial de un testigo (1966), Magias e invenciones (1984), Poemas invisibles (1991) y otros versos que expresan su caudal fabulador…
Donald Trump, 45 Presidente de los Estados Unidos de América
Ante el desborde mediático en torno a las elecciones
presidenciales de los EE. UU en noviembre de 2016 revisé los principales
diarios de España y un manojo de titulares de periódicos de New York, La
Florida, México, Buenos Aires y Santiago de Chile. Ni uno solo de los medios
informativos pasaba por alto el suceso, casi todos demonizaban a Donald Trump y
bendecían a H. Clinton. No me emocionan las elecciones en USA ni en otro país,
sé que los medios de prensa no son imparciales y que existen relatos, intereses
y tendencias de opinión que inclinan la balanza a favor o en contra de una u
otra plataforma política.
El mundo es tan ríspido y complejo como hace un lustro, mas
la lucha y los gladiadores de diarios y telediarios siguen en el 2021, y
seguirá pues se alimentan de conflictos reales o virtuales. Dijeron en 2016 que
el recién electo 45 Presidente de los Estados Unidos desataría la hecatombe
mundial y arruinaría a Norteamérica. Se escribieron al respecto más de mil
libros sobre el Sr D. Trump. Las profecías fallaron, en vez de invadir o
desatar guerras Mr. Trump redujo los contingentes militares en el extranjero,
solo contribuyó a derrotar al temido Califato del Estado Islámico (ISIS) y ordenó
acciones contra Al Baghdadi y Qasem Soleimani, dos terroristas al servicio de
la Teocracia iraní.
En su artículo “La muerte de la prensa. Una tragedia
americana” el profesor Emilio J. Sánchez analiza los logros de la gestión de D.
Trump y describe cómo la prensa estadounidense restó méritos al Presidente
antes y durante la Campaña electoral del 2020. En ese sentido baraja encuestas,
estadísticas y titulares de diversos medios. Entre los éxitos del líder
republicano señala:
La más baja tasa de desempleo en medio
siglo… y, en particular, entre la población negra, hispana y asiática en el
mismo período
Mayor reducción de la pobreza de la
población negra en el mismo período.
Autosuficiencia energética: EEUU,
primer productor mundial de petróleo y gas natural.
Creación de 12 mil nuevas fábricas
que generaron más de medio millón de puestos de trabajo.
Acuerdos comerciales más justos y
recíprocos (renegociación de NAFTA y USMCA).
Firma de nuevos tratados comerciales
con la Unión Europea y Japón.
Histórica rebaja de impuestos;
aumento del ingreso familiar medio en $6,500.00
Destrucción del Califato Islámico
(ISIS) y Período sin guerras.
Reducción notable de la inmigración
ilegal y el narcotráfico.
Señala E. J. Sánchez que “Tales logros fueron menoscabados,
deformados o silenciados con la probable finalidad de restar crédito al
candidato republicano y beneficiar a su rival”.
No voy a glosar la contienda electoral en los Estados Unidos
en 2020 ni “la ceguera total” de los periodistas del The New York Times, CNN y
otros medios que reportaron los disturbios impulsados por Black Lives Matter y Antifa y luego “intentaron
proteger a ciertas figuras y perseguir a otras”, según Peter Schweizer,
escritor y presidente del Government Accountability Institute (GAI), citado por
E. J. Sánchez quien agrega: “El resultado fue el esperado: el público no se
enteró de nada. En el mejor estilo de Pravda,
RenminRibao y Granma”.
Se ha escrito mucho sobre lo acaecido en los Estados Unidos donde florecen incluso tecno tiranos como los CEO de Facebook y Twitter, Mark Zuckerberg y Jack Patrick Dorsey, respectivamente, o el monopolista Bill Gates, magnate de Microsoft, por no hablar de George Soros, todos globalistas e impulsores del Gobierno Global, todos ávidos por gestionar los resultados electorales en USA e imponer su agenda neo imperial, ajena al programa de gobierno del 45 Presidente de los Estados Unidos, el cual se centró en potencial la economía, frenar la migración ilegal, limitar las misiones militares en el extranjero y dictar medidas económicas y diplomáticas contra las dictaduras de Irán, Cuba, Venezuela y Nicaragua.
No sabemos qué pasará en los Estados Unidos con la nueva administración, nacida y aupada por los principales medios de prensa. Los logros de D. Trump no son virtuales, sino reales. Según E.J. Sánchez, “Hay motivos para el pesimismo… Frente a esta enorme tragedia americana… escuchamos las notas del réquiem y afrontamos el duelo con dignidad. Acaso algún día, recuperada la cordura y el decoro, veamos nacer otra prensa, completamente distinta a todo lo conocido, pero fiel a su vocación de servicio y compromiso con la verdad”.
En dicho libro, Iturria, que se dedica a la
investigación literaria y cultural, hace un minucioso repaso de la obra de 30
autores de las últimas diez décadas.
Con un capítulo dedicado a cada uno (excepto el
compartido por Amir Valle, Frank Correa y Ángel Pérez Cuza), Iturria analiza la
obra de José María Chacón y Calvo, Lezama Lima, Lydia Cabrera, Virgilio Piñera,
Gastón Baquero, Lorenzo García Vega, Cabrera Infante, Raúl Rivero, Zoe Valdés,
María Elena Cruz Varela, Heberto Padilla, Reinaldo Arenas, Manuel Díaz
Martínez, Norberto Fuentes, Eliseo Alberto, Jesús Díaz, Rafael Alcides, Pedro
Juan Gutiérrez, Carlos Victoria, Antonio José Ponte, Senel Paz, Reinaldo
Bragado, Eduardo del Llano, Uva de Aragón, Julio Travieso y Gina Picart.
Puede llamar la atención que no haya capítulos dedicados
a Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Eliseo Diego, Fayad Jamís, José Soler
Puig, Leonardo Padura, Luis Rogelio Nogueras, Eduardo Heras León, Lisandro
Otero y Roberto Fernández Retamar. Los nombres de estos autores sólo aparecen
en el prólogo, y en el caso de Padura, ni eso. Iturria explica que no quiso
incluir en su selección a “los principales cantores del reino, reeditados y
premiados por su lealtad…”
Se resiente la ausencia, entre los poetas disidentes
incluidos, de Tania Díaz Castro, pionera de la lucha por los derechos humanos y
autora de poemarios como Todos me van a tener que oír, que acaba de
cumplir 50 años de su publicación por Ediciones UNEAC en 1970.
Pero es comprensible que haya omisiones. No fue tarea
fácil la emprendida por Iturria en este libro, que pretende abarcar, en poco
más de 170 páginas, una literatura inevitablemente signada por los
desgarramientos de una asfixiante dictadura de 62 años que ha ocasionado una
hecatombe en la cultura nacional, y de un exilio que lejos de resignarse a la
pérdida de la patria, la recrea y reinventa.
A ese exilio dedica Iturria (él mismo un exiliado) el
capítulo Inventario de éxodos, amén de los dedicados a autores
desterrados.
Certero, hurgando, reparando en detalles que suelen
pasarse por alto, Iturria pone las cosas en su sitio, el merecido, no el
asignado por la cultura oficial, los prejuicios, la gazmoñería, las modas
literarias o los intereses políticos e ideológicos.
Así, Iturria, desentendido de mitos y de las poses y
esnobismos que han hecho, por ejemplo, de Lezama y Piñera autores más citados
que leídos, y que sea más conocida la poesía de Wichy Nogueras que la del
inmenso Gastón Baquero, le entra con la manga al codo y sin arredrarse a un
universo literario plural, complejo y contradictorio que algunos –por falta de
miras, en el mejor de los casos- prefieren canónico e intocable, sin relecturas
ni nuevos ingresos.
Uno puede discrepar o no de los criterios vertidos por
Iturria en este libro, pero no hay duda de que argumenta y sostiene muy bien
sus puntos de vista.
Iturria, que no se espanta con los autores
provocadores e irreverentes, sino todo lo contrario, se lanza a bucear a fondo
en la obra de Zoe Valdés y Pedro Juan Gutiérrez y se aventura a hacer osadas
valoraciones, como cuando concede ventaja a Gutiérrez sobre Bukowski o al
comparar a Zoe Valdés con Gertrudis Gómez de Avellaneda -“por su constancia,
creatividad y carácter… salvando la distancia de estilo, tiempo y atmósfera”–
para luego reflexionar: “Está por ver si Zoe asciende al panteón literario
habitado por Tula. Sus personajes, esencialmente femeninos, son vitales como
los protagonistas de la Avellaneda”.
En el capítulo dedicado al muy controvertido Eduardo del Llano, explica Iturria: “La narrativa de del
Llano rompe el canon literario cubano de fines del XX y principios del XXI,
pero converge desde las diferencias con escritores de la Isla y el exilio que
cambiaron el punto de mira sobre aquel país surrealista. Del Llano es menos
escatológico que Pedro Juan Gutiérrez y Zoe Valdés, pero desacraliza desde el
sarcasmo y lo esperpéntico los temas tabú, la apología del poder, la monotonía
semántica, los matices de la censura y los mecanismos de control político,
desatando carcajadas que obligan a pensar y entender desde la ficción una
realidad acoplada a normas absurdas”.
Particularmente interesantes, por su muy peculiar
visión sobre los autores, son los capítulos dedicados a Lorenzo García Vega,
Manuel Díaz Martínez, Norberto Fuentes, Antonio José Ponte, Eliseo Alberto,
Gina Picart, Julio Travieso y Senel Paz.
Probablemente este sea uno de los trabajos más
abarcadores e interesantes de Miguel Iturria, que también ha publicado Españoles
en la cultura cubana, Los vascos en Cuba y Miradas cubanas
sobre García Lorca.
Iturria, nacido en La Habana en 1955, reside desde hace diez años en Valencia, España. Fue forzado a marcharse de Cuba debido al hostigamiento de la policía política por su labor como periodista independiente en CubaNety Primavera Digital. Licenciado en historia, ejerció como profesor e investigador, y fue fundador y director del Centro de Estudios Hispánicos José María Chacón y Calvo.
Nota: Esta reseña fue publicada en CubaNet por Luis Cino Álvarez (La Habana, 1956), quien estudió inglés y ejerció como profesor, cartero y periodista en medios indepes como la revista De Cuba, CubaNet y el Semanario digital Primavera. Es autor de Los tigres de Diri-Dawa y otros cuentos, Los más dichosos del mundo y Algunas noches hablo con Nelson, además de cientos de crónicas y textos de música, cine, literatura e historia.
Cibeles y el edificio de Correos, sede del Ayuntamiento de Madrid, bajo la nieve
La nieve no es el fin del mundo. Cae la nieve y los niños salen a jugar, hacen muñecos de nieve escoltados por sus padres. Cae la nieve y los jóvenes pasean sobre la nevada, mientras los coches quedan varados en calles, parques y carreteras. Los ancianos prefieren quedarse en casa y encender la calefacción. El paisaje nevado es un espectáculo maravilloso salvo para quienes palean la nieve al entrar o salir de casa.
Londres bajo la nieve
El invierno es una estación que libera o paraliza, como el verano. Una estación del año, de cada año, de todos los años. La estación del frío coincide con las fiestas navideñas en medio mundo. Ninguna estación del año prefigura el fin de la existencia, salvo para quienes mueren en diciembre, enero, febrero o principios de marzo.
Plaza Mayor de Madrid bajo la nieve
En estos días de enero las imágenes de ciudades y carreteras nevadas desplaza, al menos en Europa y en Norteamérica, el rodillo mediático en torno al #VirusChino y las «profecías» de tecno tiranos como Bill Gates, dueño de Microsof; Mark Zuckerberg y Jack Dorsey, magnates de Facebook y Twitter, convertidos en zares que deciden quienes ejercen la libertad de expresión y cuándo o cómo, mientras censuran a los críticos del Nuevo Orden Global o Nueva Estupidez Global.
Cae la nieve sobre Madrid, Milán, Londres, Paris, New York, Montreal, Tokio… Welcome snow.
Nieve en ParísNevada en New YorkPlaza Pedestrian de Montreal bajo la nieveTokio, detalle nevado
Se va el 2020. Se va como llegó, con restricciones, terror mediático y psicológico, control tecnológico sobre millones de personas, sin discotecas, cabarets ni estadios de fútbol o baseball. Un año de aislamiento social, temor programado, miedo continuo, soledad, depresión. Un año de guerra global sin tanques ni aviones, virus por medio, mascarillas, sumisión. Good bye 2020. Adiós.
¿Cesará la Farsa Global en 2021? Lo dudo. La distopía programada proyecta el capítulo de la vacunación, vacunas al por mayor para introducir material genético en las células humanas, varias dosis cada año. Negocio a la carta y control tecnológico y sanitario para “salvar a la Humanidad” de una “Pandemia” que solo contagió al 0,8 % de la población mundial (56. 464.316 de los 7.800 millones del planeta) y mató al 0,019 % (1.353.786), es decir, sobrevive el 99,2 % de la población, según la OMS.
Recordemos que el Laboratorio Biológico Chino de Wuhan es propiedad de la compañía farmacéutica Glaxo, quien es socio mayoritario de Pfizer, líder mundial del sector farmacéutico, que maneja las finanzas de Black Rock (gestora mundial de inversiones) y controla las finanzas de la Open Foundation Society, la red internacional del especulador George Soros, a cargo de los intereses de la francesa AXA (primera marca mundial de seguros y otros negocios), de la que casualmente la Winterthur construyó el laboratorio chino, comprado a su vez por la multinacional alemana Allianz, la cual tiene como gran accionista a The Vanguard Group, accionista también de Black Rock que controla los bancos centrales y gestiona el 1/3 del capital de inversión mundial del gran accionista de Microsoft (Bill Gates), accionista a su vez de Pfizer y primer patrocinador de WHO.
Todos promovieron el Quédate en Casa para no morir de gripe, como si la gripe y los virus no convivieran con los animales y los humanos. Quédate en casa y pórtate bien mientras creamos y vendemos nuestras vacunas, preámbulo del NUEVO ORDEN MUNDIAL.